La Realidad Virtual es un entorno compuesto por escenas y objetos de apariencia real generados mediante tecnología informática, la cual genera en el usuario la sensación de estar inmerso en él. Esto se logra a través de unas gafas específicas, tecnología que ha supuesto una gran revolución en muchos campos, pero si tenemos que destacar uno, quizá sea el nuestro, la arquitectura. Este avance tecnológico no solo permite recorrer una vivienda o espacio aún sin construir, sino también probar diferentes tipos de iluminación, de materiales o incluso decorar y amueblar cada una de las estancias.
La Realidad Virtual tiene como reto que el cliente entienda lo que estamos haciendo y cómo lo hacemos, porque en definitiva, si el cliente lo entiende, pagará por ello; pero si le resulta difícil de entender, le será también difícil invertir.
A raíz de esto, la demanda de las empresas de profesionales especializados en esta modalidad viene dada por la posibilidad de transmitir nuevas sensaciones espaciales en el diseño. Del mismo modo, esta tecnología sirve a jóvenes estudiantes para imaginar rápidamente el volumen y los elementos de sus trabajos, algo que solo se obtiene con la experiencia y que evita errores en la construcción cuya solución implicaría un alto coste. También cabe destacar su capacidad para mejorar la relación con los clientes. La visión espacial difiere mucho entre las personas, por ello un cliente estará más satisfecho si visualiza de forma fiel el resultado final desde un principio. Para estos casos, esta herramienta es sumamente útil, además de que reducirá costes y tiempo, ya que el número de reuniones entre las partes decrecerá, dando lugar a un proceso más breve en el proyecto.
Como cualquier herramienta novedosa y en evolución que se incorpora en un medio nuevo, no pretende sustituir a las demás, sino complementarlas. Su finalidad es aclarar, facilitar y resolver dudas o incertidumbres que puedan surgir, al igual que servir de apoyo a una explicación en un momento preciso para reducir imprevistos.